Libres por Fe

“Por la fe pasaron el mar Rojo como por tierra seca, y cuando los egipcios lo intentaron hacer, se ahogaron. Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de ser rodeados por siete días. Por la fe la ramera Rahab no pereció con los desobedientes, por haber recibido a los espías en paz. ¿Y qué más diré? Pues el tiempo me faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada; siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección; y otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y hasta cadenas y prisiones. Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada; anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados (de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra.” ( Heb 11: 29-38).

La fe, que difícil conceptualizar algo que no tiene forma alguna, hebreos 11: 1 lo define como la sustancia, otras versiones dicen certeza para darle un contexto y un entendimiento, pero la definición (la cual es la única vez que la vemos en La Palabra) es sustancia. Entonces, ¿Cómo definimos esta sustancia? A lo largo de la historia, hombres cristianos y no cristianos han tenido perspectivas defectuosas de lo que es realmente vivir por fe, lo que es la vida cristiana. Si seguimos leyendo hebreos 11 en este capítulo es tremendamente importante para deshacer la niebla de confusión alrededor del concepto de la fe y del tipo de vida que ella garantiza. Hay muchos que enseñan hoy que la vida de fe traerá salud, riqueza y prosperidad, y que donde esas cosas faltan, es porque falta la fe. Esa idea no parece encajar a lo que el escritor de hebreos quiere enseñar ni a las enseñanzas de Jesús o sus apóstoles.

El título de esta prédica es libres por fe, pero no vamos a hacer un énfasis en la libertad que Dios nos da en la fe por creer en Jesucristo, sino de la libertad que Jesús nos da en cuanto vamos cada vez más cerca de esa verdad que nos hace “verdaderamente libres”, libertad en cuanto a enfoques y maneras de ver nuestra relación con Jesús que en vez de darnos vida, terminan siendo nocivas para nuestro caminar de fe. Sin más vamos a Lucas 17:5. La fe como centro de la atención y la problemática, entonces los discípulos le piden a Jesús que les aumente la fe dado que ellos sentían que su fe era pequeña o insignificante. A lo cual vemos que Jesús en vez de responder la pregunta como ellos esperaban o como esperaríamos todos, para variar, la complica más. Él divide la respuesta en dos;

  • El primero: en el siguiente versículo Jesús le dice si su fe fuera como un grano de mostaza le podríamos decir a un árbol gigante que se desplante y se plante en el mar, algo que es completamente imposible para un ser humano físicamente. Muchas veces entendí este pasaje desde el punto de vista de medida, entre mucha fe y poca fe, pero al ver esta palabra de esa manera estaríamos errando en la perspectiva, ya que podríamos alejarnos de un evangelio Cristo céntrico, a comenzar a creer en un Dios donde hace o no hace según nuestra fe. Lo cual sería algo errado, porque podríamos decir : -Dios hizo esto o aquello a causa de mi fe, llevándonos al centro del asunto y haciéndonos el factor más importante de esa ecuación. La soberanía de Dios es el primer punto que Jesús quiere resaltar. Jesús ya había hablado en otra parábola acerca de esta semilla (Mr 4:30-34) y vuelve a traer esa misma referencia en esta respuesta, allí nos relata como una semilla sabe en qué se va a convertir en un gran árbol por más pequeña que sea, porque el crecimiento no depende de ella ni de nadie sino de Dios. Jesús les está diciendo que el aumentar la fe es depender de Dios como lo hace la semilla. En otras palabras, la vida cristiana no depende de la intensidad o cantidad de fe que tengamos, ya que eso no es lo que desarraiga árboles. Dios es quien lo hace. Por consiguiente, la fe que realmente nos une a Cristo, por muy pequeña que sea, nos dará suficiente poder del Señor para suplir todas nuestras necesidades.
  • El segundo punto que el Señor toca es la obediencia, al hablar del siervo inútil. Luego, concluyó que la obediencia más completa y la fe más pequeña reciben la misma recompensa de parte de Dios: misericordia. Una fe del tamaño de un mero grano de mostaza se nutre de aquella misericordia que hace posible mover árboles. Asimismo, aún con una obediencia intachable, seguimos siendo absolutamente dependientes de la misericordia. De otra manera tendríamos un concepto de fe de acción y reacción en Dios lo cual dañaría nuestra vida espiritual.

Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9:16)

¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Asíque ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. (1 cor 3:5-8)

A la luz de que es Dios quien hace crecer nuestra fe, nosotros solo podemos regarla con una vida de acciones que testifiquen que creemos (sant 2:17) y somos recompensados según nuestra labor. Volviendo a Hebreos podemos ver cómo por fe unos murieron, otros por fe vivieron, otros por fe fueron libres, otros por fe fueron atormentados, golpeados y sufrieron. ¿A dónde quiero llegar con esto? La fe no es el factor supremo y determinante en si nosotros sufrimos o escapamos o somos felices, Dios lo es, es la voluntad soberana de Dios, su sabiduría y amor. Y, en definitiva, es Dios y no nosotros, quién decide cuándo y cómo morimos. Él tiene sus propósitos. Ellos nos ocultan. Y la fe significa, que creemos que son buenos. Es un gran alivio, al menos para mí, saber que hay una explicación más elevada para mi dolor o mi placer que el simple hecho de que yo tenga suficiente fe. ¿No es terrible tener que creer que en la cima de todo mi sufrimiento, hay que añadir esto: «debe ser porque me falta la fe»?. La responsabilidad de que Dios haga o deshaga según mi medida de fe es algo que me aterra, porque si hay algo que sé hacer como humano es dudar, la duda es parte de nuestro lenguaje cotidiano.

Sin destruirme un poco en el proceso, ¿Cómo se me podría revelar Dios de una forma que no dejara lugar a dudas? Si no hubiera lugar para las dudas, tampoco lo habría para mí. —Frederick Buechner

En este capítulo de la palabra leemos actos dignos de una película de Hollywood como de actos simples, Dios es quien siempre está obrando detrás de escena. Por más simple que parezca no fue nadie más que Dios obrando. La fe está totalmente enamorada de todo lo que Dios será para nosotros más allá de vivir o morir físicamente. La fe ama a Dios más que a la vida. La fe ama a Dios más que a la familia. La fe ama a Dios más que al trabajo o a los proyectos de vida, de nuestra economía, etc. La fe dice: «Sea que Dios me lleve tiernamente, o me entregue para ser torturado, le amaré. Él es mi recompensa”..

Ahora quiero que traigas a memoria todo lo que crees que perdiste por tu “poca fe”, lo que crees que dejaste pasar, la culpa que eso te trajo, capaz que alguien que no se sanó de una enfermedad. O un milagro que esperabas y no pasó. Déjame decirte esto: no fue tu culpa, eso no dejó de suceder porque no tenías fe, Dios en su perfecto plan, lo dispuso de esa manera. Hoy Dios quiere sacarte de ese lugar y traerte a una fe sana, que te da libertad en vez de condenarme, quiere llevarte a una nueva coordenada en nosotros donde podemos experimentar que Dios es suficiente en todas las áreas y siempre es mejor.

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